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Cuando la mujer se acercó, notaron que era traslúcida: podían ver la espuma del mar a través de su vestido bordado.

—Hola —dijeron los niños.

La mujer se detuvo, los miró. Tenía ojos muy redondos y cejas tupidas.

—Hola —dijo.

—¿Sos un espectro?

—Sí —volvió a rastrillar.

—¿Cuándo te moriste?

—Hace algún tiempo.

Niní notó el círculo morado alrededor de su cuello espectral.  Era el mismo color de los labios.

—¿Por qué te hiciste eso? —le preguntó— Se mató—le susurró a su hermano.

—Era una poeta —dijo la chica—. Vi el horror del mundo.

—¿Cómo te llamás…-bas?

—Lupita León.

—Yo soy Niní.

—Yo soy Gusi.

La espectro no prestó atención, se agachó a examinar un carozo.

—¿Por qué está tu alma deambulando por la playa? —preguntó Niní.

—Estoy buscando algo —dijo Lupita León.

Los niños y Lupita León buscaron algo en la playa. Niní encontró un zapato podrido, Gusi encontró un mensaje en una botella. Se los llevaron a Lupita. Pero ella seguía diciendo: no es eso, no es eso en absoluto.

La música y las ilustraciones son originales y pertenecen al autor

Los efectos de sonido son de licencia libre
 

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